Fertilizantes, Fumigación

Tareas de otoño para mantener tus plantas saludables

El otoño está entre nosotros y las plantas ya empezaron a prepararse para su etapa de reposo. Con el cambio de clima, además, sus necesidades ya no son las mismas: dejan de necesitar tanta agua y requieren que las cuidemos especialmente de algunos insectos, como los caracoles. En esta nota te compartimos una guía de tareas para que, durante la temporada, puedas acompañar a tus plantas a transitar su ciclo natural.

 

En el jardín

  • Fertilizar para que las plantas rebroten antes de entrar en la época de reposo, y pulverizar con insecticida y fungicida según las plagas que observemos.

  • Retirar y reemplazar tanzas y tutores que se han vencido.

  • Eliminar las malezas. Será un trabajo importante y tedioso, especialmente la gramilla y el cebollín. Lo mejor es retirarlos con todas sus raíces y así evitar su propagación.

  • Reducir los riegos a una o dos veces por semana, dependiendo de las lluvias.

  • Ya comienza a haber mucha humedad y los caracoles aparecen por doquier. Es necesario controlarlos con productos naturales o cebos en pellet.

  • Resiembra de césped. A fines de abril o principios de mayo, hacer un corte bajo al césped antes de incorporar la semilla, sembrar al voleo en forma manual o con máquina sembradora (5 kg cada 150 m²). Cubrir la semilla con una capa fina de arena y regar en forma de lluvia día por medio hasta que se implante el césped.

  • En los canteros, cosechar las semillas de las plantas anuales: cleomes, nicotianas, cosmos y Verbena bonariensis, entre otras. Hacer una poda ligera de las herbáceas que han perdido su forma para mantener el cantero hasta los primeros fríos. Hacer una fertilización para mejorar el último período de floración; aportar yeso agrícola (sulfato de calcio) para que aumentan el desarrollo radicular y la capacidad de absorber los minerales del suelo. Se aplica al voleo, es de liberación gradual y natural.

  • Incorporar compost en el cantero de las especies anuales de primavera, ya que las semillas de estas plantas que han caído comenzarán a germinar durante abril y mayo y florecerán a principios de la primavera. Si vamos a incorporarlas por primera vez, hay que buscarles una ubicación y dejar señalado el lugar donde se sembró.

 

 

 

En patios, balcones y terrazas

  • Chequear que las macetas drenen por debajo. Si algún agujerito está tapado, es fundamental destaparlo para que no se asfixie la planta.

  • Fertilizar por última vez hasta la primavera siguiente. Para macetas se aconsejan fertilizantes líquidos.

  • Nunca podar por podar. Si es necesario, por ejemplo para achicar un arbusto que no nos deja pasar, o para mantener una forma equilibrada en la planta, podar a fines del otoño o durante el invierno.

En la huerta

  • Aprovechar el sol otoñal para la producción de plantas como lechuga, radicheta, escarola, radicchio, repollo, apio, rúcula, hinojo, puerro, cebolla de verdeo, etc.

  • En los canteros donde ya se cosecharon los frutos del verano (zapallitos, tomates, berenjenas, pepinos), cultivar las plantas productoras de hojas (lechugas, radichetas, etc.) sin incorporar más compost (será suficiente con la presencia en el suelo de lo aplicado en la temporada anterior).

En el campo

  • Plantar árboles y arbustos. Las temperaturas más frías son más fáciles para las plantas, por lo que hay menos posibilidades de que sufran estrés por calor. Cuando las temperaturas del aire se vuelven más frías que las del suelo, el nuevo crecimiento superior disminuye, lo que permite a las plantas concentrar su energía en el desarrollo de las raíces.

  • Dividir y reubicar las plantas perennes que necesitan más espacio para el crecimiento, especialmente aquellas que florecen en la primavera o el verano. Hacerlo varias semanas antes de la fecha media de la primera helada fuerte de la zona, para que tengan tiempo de recuperarse del shock del trasplante y establecer nuevas raíces.

  • Ubicar gramíneas con espigas y árboles de coloración dorada al oeste: dará un efecto escenográfico y lumínico al jardín cuando la luz del atardecer los atraviese. Los rojos otoñales, mejor al este, para que por la tarde brillen en todo su esplendor.

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